¿Tiene TDAH? ¿Cómo lo puedo saber?

El diagnóstico de TDAH está siendo asignado a un gran número de niños, y parece que su prevalencia es mayor de lo esperado. Algunos de estos diagnósticos podrían no ser completamente precisos. Este trastorno se caracteriza principalmente por dificultades en la atención y concentración, que no solo afectan al entorno escolar, sino también en situaciones cotidianas fuera de la escuela, donde persiste el déficit de atención.

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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se caracteriza por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad que persisten en diferentes contextos. Sin embargo, los síntomas del TDAH pueden ser inespecíficos y confundirse con otros trastornos, lo que hace crucial una evaluación adecuada por parte de profesionales con experiencia. El TDAH ocurre en la mayoría de las culturas en aproximadamente el 5% de los niños y el 2,5% de los adultos.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), estos síntomas deben manifestarse antes de los 12 años y estar presentes durante al menos seis meses (APA, 2013). Sin una exploración neuropsicológica completa, es fácil pasar por alto problemas relacionados con el comportamiento o el aprendizaje.

Es fundamental una evaluación neuropsicológica detallada para identificar el origen de las dificultades, así como para descartar otras causas, como problemas emocionales, sensoriales o situaciones familiares complicadas (Barkley, 2015). Un profesional con experiencia podrá observar no solo el comportamiento en casa y en la escuela, sino también realizar pruebas cognitivas y de atención que permitan un diagnóstico más preciso.

La sintomatología asociada al TDAH, es de carácter inespecífico. Esto significa que no es exclusivo de una enfermedad o trastorno en particular. Es decir, ese síntoma puede estar presente en varias condiciones o situaciones diferentes, por lo que no permite, por sí solo, hacer un diagnóstico claro. En el caso del TDAH, síntomas como la inatención o la inquietud pueden aparecer en otros trastornos como la ansiedad, la depresión o incluso en situaciones de estrés, lo que hace necesario una evaluación detallada para identificar la causa subyacente.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no solo afecta a los niños, sino que también persiste en muchos adultos. Si bien algunos ven una disminución de los síntomas con la edad, otros continúan enfrentando dificultades significativas en su vida cotidiana. En los adultos, las características principales incluyen problemas para concentrarse, impulsividad e inquietud. Estos síntomas pueden variar desde leves hasta graves y a menudo interfieren con la capacidad para organizarse, cumplir con plazos o manejar el estrés.

Muchos adultos con TDAH no saben que lo tienen y solo perciben que las tareas cotidianas se les hacen más difíciles. Los síntomas pueden incluir la desorganización, problemas para priorizar tareas, dificultades para gestionar el tiempo, así como cambios frecuentes de humor e incapacidad para manejar la frustración. Además, la impulsividad puede llevar a dificultades en la vida social o laboral, como impaciencia extrema al esperar o cambios de humor inesperados.

El diagnóstico del TDAH en adultos puede ser complicado, ya que algunos síntomas se superponen con otros trastornos, como la ansiedad o la depresión. Los estudios sugieren que muchas personas con TDAH también tienen comorbilidades, lo que hace fundamental una evaluación completa para distinguir el TDAH de otras condiciones mentales (Barkley, 2015).

Un diagnóstico adecuado debe realizarse a través de una evaluación exhaustiva, que puede incluir entrevistas clínicas, cuestionarios y la revisión de antecedentes médicos para asegurarse de que los síntomas no se deban a otros factores, como trastornos del estado de ánimo o ansiedad.

El primer paso sería visitar a un profesional de la salud mental para evaluar la situación en la que se encuentra la persona y analizar el contexto, antecedentes y historial evolutivo, tras ello, se debería iniciar una valoración por parte de un profesional de la Neuropsicología que realizará una exploración y un posterior informe.

!Desde nuestra experiencia desaconsejamos los test que te puedes encontrar por internet ya que no son nada fiables ni tienen una validación científica detrás! Son muchas personas las que llegan convencidas de tener esta patología por lo que han leído o por un test que han realizado en alguna página web.

Si presentas dificultades en tu día a día asociadas al TDAH, creemos que el diagnóstico es una parte fundamental para trazar una hoja de ruta. Es decir, que después de un diagnóstico recomendamos poder establecer cuál es el abordaje más adecuado que siempre debe ser multidisciplinar y coordinado.

Referencias:

  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.).
  • Barkley, R. A. (2015). Attention-deficit hyperactivity disorder: A handbook for diagnosis and treatment (4th ed.).

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