Es importante resaltar que la palabra “bullying” aflora cada vez con más frecuencia en los medios de comunicación y en nuestro lenguaje coloquial. Existen múltiples definiciones sobre qué es el bullying, en todas ellas podemos observar varios factores comunes. Hablamos de que un niño está sufriendo bullying cuando existe una conducta agresiva hacia él, ya sea física y/o verbal, con intencionalidad de humillar o someter, mantenida a lo largo del tiempo y alejada de una mirada adulta por parte de una persona o grupo de personas y en la que se hace produce un desequilibrio de poder.
Históricamente, siempre se ha puesto el acento a la relación del agresor con la víctima, pero también entran en juego más factores, como es el caso de la presencia de espectadores, que en muchas ocasiones puede fomentar que el agresor perpetúe la conducta de abuso sobre la víctima.
El bullying genera consecuencias negativas en todos los agentes implicados en la acción, no solo en el niño que lo sufre tal y como me planteas en la pregunta. Creo que una visión de sistema es interesante, ya que el/los agresores y los espectadores también son vulnerables a sufrir modelos de socialización que pueden acarrear consecuencias en un futuro.
El bullying es un término que cada vez más se está normalizando en la boca en la sociedad, hay que advertir que no cualquier situación de conflicto entre iguales es bullying. En la práctica clínica y escolar muy frecuentemente nos encontramos con un mal uso de este concepto. No todas las situaciones de conflicto entre niños son bullying, si sucumbimos a esto, corremos el riesgo de minimizar o desvirtuar el término bullying.
¿Existen diferentes tipos de bullying?
Hay diferentes tipos de bullying, una clasificación posible sería la de:
- Abuso físico: implica violencia física de cualquier tipo.
- Abuso verbal: comporta actos verbales que llevan a menospreciar o a discriminar al acosado con insultos, apodos, amenazas y burlas.
- Abuso relacional-social: son aquellas acciones realizadas para excluir, ignorar, apartar del grupo de iguales a la víctima.
- Ciberacoso o cyberbullying: acoso utilizando las tecnologías como internet, el teléfono móvil, redes sociales para acosar de manera indirecta y, a veces, anónima.
¿Qué tipo de comportamientos pueden alertar a los padres de que su hijo está sufriendo bullying?
Los comportamientos de evitación de ir a la escuela (expresión de somatizaciones, quejas físicas previas a ir al colegio, como dolores de cabeza, de barriga son frecuentes), cambios bruscos de rutinas habituales o cambios de humor.
Otros signos de alarma son:
- Dificultad para conciliar el sueño o pesadillas frecuentes
- Descenso en las calificaciones de la escuela
- Pérdida de interés en las tareas escolares
- Pérdida repentina de amigos o deseo de evitar situaciones sociales
- Disminución de la comunicación en casa
- Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima, que pueden tomar la forma de enfados en casa, rabietas…
Cuando los padres sospechan que su hijo sufre acoso escolar, ¿qué tipo de consejos pueden ser útiles para conseguir que el niño hable de ello?
Save the children nos propone este decálogo que me parece muy adecuado y acertado:
- Observar al niño o la niña: trata de estar a los cambios de humor y de comportamiento, la motivación al estudio, frecuentes enfermedades leves como dolor de estómago o jaquecas.
- Escuchar y dialogar con ellos: Los niños y las niñas casi nunca mienten en estos temas. Es importante escuchar lo que ha vivido y cómo se siente, sin juzgarle.
- Mantener la calma: Es importante estar sereno y adoptar una actitud de comprensión y atención, transmitiendo seguridad y tranquilidad.
- Decirle que no es culpable de nada: todas las personas tenemos derecho a ser protegidas contra cualquier forma de violencia y a ser tratados con respeto.
- Reforzar su autoestima: ayúdales a reconocer sus capacidades, habilidades y el gran esfuerzo que ha hecho al haber pedido ayuda.
- Comunicar la situación a la escuela: es importante que el centro escolar conozca la situación y mantenga una comunicación continua y de colaboración con ellos.
- Darle la oportunidad de ampliar su grupo de amigos y amigas: Las actividades fuera del centro escolar le dan la oportunidad para relacionarse con otros chicos y chicas de su edad.
- Mantener una buena comunicación basada en la confianza: esto facilitará que acuda a ti en caso de recibir algún contenido o invitación que le provoque malestar o incomodidad.
- Recomendar a tu hijo o hija que no responda a las agresiones y en caso de sospechar que se está dando una situación de ciberacoso, trate de guardar los mensajes como prueba, de bloquear al remitente o de denunciar el caso.